" A Antonio Machado "

La nostalgia creó la excelsa maravilla
recordando tu torre con nidos de cigueñas,
con tu sol me bañáste " Palacio de las Dueñas "
que guardan mis recuerdos queridos de Sevilla.

De mi tierra llevé, su luz para Castilla
con claveles fragantes cómo señal de enseñas,
¡ Oh, mi amada Sevilla de mujeres trigueñas,
ataviadas con blondas de encajes de mantilla !

Arrullos escuché de un cantar transparente,
que a mi cuna llegaban, cómo nanas despacio
¡ Nanas muy dulces fueron del fluir de la fuente !

Del limonero guardo simbólico su espacio,
dónde me columpiaba, pequeño e inocente...
guardándome recuerdos del andaluz palacio.

" ALMOTAMID "

El más grande de los reyes
Almotamíd se llamaba,
nació en la bella Sevilla
y fue su joven monarca.
El Guadalquivir tranquilo
sus aguas mansas pasaban,
regando sus dos orillas
que son Sevilla y Triana.
Paseaba Almotamid
por ese puente de barcas,
y quiso que su visir
viera en reflejos del agua,
cómo se forman figuras
y en espejos se miraban...
Los bellos rayos del sol
en el río de la gracia.
“ Rizando la brisa va
espumas blancas de plata,
y el sol con hilos de oro
bordaba cotas de mallas.”
A ver... sigue gran visir
y termina mi balada,
y su amigo sorprendido
no podía completarla.
Cuando a su lado escuchó
estas mágicas palabras...
“Cómo la congele el frío,
mejor cota no se halla”
Embelesado captó
aquella voz que le hablaba,
recogida con amor...
guardándosela en el alma.
Se enamoró de Itimad,
hizo reina a una esclava,
joven, bonita y graciosa,
poeta y enamorada.

Alejado en el exilio
y de su Sevilla amada

muere este excelso poeta

con cadenas que lo atan

Pero escribió bellos versos

a su esposa tan amada,

con lágrimas de dolor...

que son cárceles del alma.

Son para ti, mi Itimad

estas últimas baladas,

pues tuyo he sido, tu esclavo...
¡ Siendo tú mi soberana ¡

" ITIMAD "

¡ Almotamid... Almotamid ¡
se escucha gritar al alba,
es Itimad sollozando
sí... por ese rey a quién ama.
Las puertas del paraíso
Alá... te abrirá mañana,
fuiste buen esposo y padre,
buen poeta y buen monarca.
Y fuiste para Itimad...
compendio tu fiel mirada,
que mis caprichos cumplías
por ser ordenes amadas.
¡ Porque Almotamid te quiero!
llora Itimad desolada;
¿Quién sembrará ya de almendros
los jardines del Alcazar?
¡ Sin tus brazos amorosos
me sentiré desgraciada ¡
ya no habrá canela fina
dónde hundir mis pies descalzas,
ni su aroma traerá...
de amor tus bellas palabras.
Ya no estarás a mi lado
se me pierde la esperanza,
y me muero si tu mueres
le grita Itimad al alba.
¡ Almotamid... Almotamid ¡
se le rompe la garganta...
es Itimad que enloquece,
por ese rey a quién ama.
¡ Almotamid... Almotamid...!
¡ Le grita Itimad al alba ¡