" EL SALARIO "

Un amigo me decía...

no entiendo cómo te empeñas

estar siempre con la pluma,

pasar tu tiempo entre letras

total... nada te reportan,

¿ Quién te paga tus poemas ?

Me sentí muy afligida,

corrió la sangre en mis venas

¡ No escribo por el dinero

le dije con gran tristeza !

escribo voces del alma...

que dentro llevaba presas,

y al darles su libertad

suenan con palabras bellas,

le escribo a la luz del sol...

y le escribo a las estrellas;

si siento amarga la sed...

mis versos me la refrescan,

escribo....

¡ Porque me lo pide el alma,

porque me siento poeta !

y si acaso no comprendes...

de este ardor que dentro quema,

yo si te compredo a tí...

aunque a mi no me comprendas;

porque de siempre he sabido,

con absoluta certeza...

¡ Qué la incomprensión ha sido

el salario del poeta !

"AL ROCÍO "

Esa gota brillante que luce su esplendor,
irisada de sol... sobre la bella rosa,
es diamante que el alba con su luz caprichosa,
le regala galante, como ofrenda de amor.

Es un beso que ha dado, de amoroso fulgor,
con ternura el rocío a la flor más hermosa,
lo desprendió del cielo, y en sus pétalos posa,
sobre el cáliz de seda de la más bella flor.

Es un lecho pimpante, frágil y perfumado,
para el peso liviano de esa gota luciente,
es un iris de vida y un brillante legado.

Que al abrir su capullo al albor floreciente...
rendido te posaste, rocío enamorado,

¡ Besando su corola que se abrió dulcemente !

" NO PUDO SER "

Un día tuve un sueño y sentí que llegabas,

quise guardar mi sueño de un bello renacer...

llegabas a mi vida con tu dulce sonrisa,

y quise abrir mi puerta, te quise conocer.

Mi corazón aquel día se convirtió en hoguera,

con reflejos fugaces de amor y padecer...

eran los nuevos gozos de emociones internas,

quise morir amando, a vivir sin querer.

Y llegáste a mi alma cómo un rayo de kuna,

aunque sé que te irás y siempre te querré...

quisiera retenerte, para siempre ser tuya,

pero cerré mi puerta... ¡ Amor no pudo ser !

He de decirte adiós, sabiendo que te quiero,

y tu dulce sonrisa se te borró al volver,

yo sé que ibas llorando... yo lloraba por dentro,

pero cerré mi puerta ¡ Amor no pudo ser !

" Ayamonte "

Un azul muy luminoso
pintó Sorolla en sus cuadros,
es el cielo de Ayamonte...
Cielo de un azul muy claro,
que se refleja en las aguas
del Guadiana que ufano...
Los rayos del sol lo funde
como un espejo dorado.

Se acabó las almadrabas,
el galeón desarmado,
se acabó ese colorido
que a mi Ayamonte le ha dado...
Fama de muy marinera
entre sus cuatros costados;
¡ Inspirándole a Sorolla
a que pintara sus cuadros !

Ya no suenan las sirenas
del galeón anunciando,
treinta botas de sardinas
que con el alba pescaron.
De este bello colorido...
Un cuadro quedó impregnado,
de este bello colorido,...
Fue el que Sorolla ha pintado
en mi Ayamonte querido.

“ La descarga del atún “
sobre su lienzo ha llevado,
y a valientes marineros...
En sus barcos faenando,
con el trabajo y sudor...
De la labor de sus manos,
y al envite de los vientos
en sus barcos navegando.

Blanco con blancor de cal...
Que desde el monte hasta el llano,
hay gaviotas que vuelan
en su cielo azul cobalto,
escuchando fandanguillos
que iban los hombres cantando,
en sus barcas marineras
con el velamen muy alto,
y sus manos que no paran
van preparando el trasmallo,
y a su virgen “ Las Angustias”
bajito les van rezando.

Este bello colorido
Sorolla quiso pintarlo,
llevando sobre su lienzo
a isla Canela y el faro,
olas de espumas muy blancas
en arenales dorados,
y el limpio azul de su cielo
con gaviotas volando,
¡ Este bello colorido...
este bello colorido,
fue el que Sorolla ha pintado
en mi Ayamonte querido!

"Quisiera ser"

Quisiera ser el lirio, que allá por la ladera
su sencillez pregona con flores olorosas,
arroyo que refresque... las tardes calurosas
a pájaros que anidan, volando en la pradera.

Quisiera ser la flor, que brota en primavera

y su corola liban... pequeñas mariposas,
con delicados toques, de alitas muy sedosas
abiertas y cerradas al sol por vez primera.

Que el aire me despeine con gusto la melena,
sintiendo sobre el rostro, su brisa bienhechora
y olvidarme de todo, en un mundo sin pena.

Volar alto, muy alto, ser alondra cantora,

de acompasados trinos, en la natura plena...
¡Golondrinita libre, que vuela con la aurora!