" TE DIJE ADIOS "

Te dije adios amor... pero aún te recuerdo

y este sueño tan bello siempre me arrulará,

si pasas por lo mismo, yo tambien te comprendo,

porque nunca otro amor... nos lo podrá borrar.

Fue un amor tan hermoso, que sentimos muy fuerte

que quizás lo conserves sin quererlo tocar,

¡ O lo aprietes en tu pecho, cómo el niño al juguete...

y no quieras soltarlo, apretandolo más !

Recuerdo tus palabras, las escucho en mis sueños

y el corazón me dice que olvvidarnos jamás...

pero con sus látidos me avisó que te pierdo

y entonces te he llamado y tú no estabas ya.

Te dije adios amor y sigues en mis sueños,

por siempre este recuerdo dulce me arrullará

ya se nos hizo tarde, solo escucho el silencio...

¡ Pero el silencio grita que siempre me amarás !

" LOS SIETE VELOS "

En iris de colores ya trenzaba
sentimientos que elevan sus anhelos,
suavidad musical que despertaba
llamaradas ardientes de los sexos.

Fue un velo que caía con la gracia
de la nube muy blanca de los cielos,
¿Que cadencias de danza deslizaba...
Su ritmo, desplegando siete velos?

El segundo cayó cómo cascada
del talle sinuoso por el suelo,
y era azul, el azul de tardes claras...
Su figura danzante descubriendo.

Cayendo fue el tercero en oleadas
de la gasa que vuela con el viento,
del color de las rosas muy tempranas...
del color de las rosas de sus senos.

El cuarto desprendido con desgana
para dar más calor a ese momento,
de Betania es el verde de su gama...
Que inmolaba la carne de su cuerpo.

El quinto se quitó mientras bailaba
y era rojo, tan rojo como el fuego,
que armonioso su danza lo quemaba...
Tu belleza mujer, tus ojos negros.

El sexto de los velos ya le daba
su amarillo dorado con reflejos,
y a los pies de Hérodes arrodillada...
lo miraba sus ojos seduciendo.

Del séptimo cayó su negra gasa
que dejaba su cuerpo al descubierto,
Salomé la cabeza reclamaba...
del Bautista, al cambio de sus besos.

" NUNCA LO SABRÁS "

Ahora estamos lejos, pero cuanto te quise,
aún no lo comprendo lo que pudo pasar...
Todavía en mi mente perduran los recuerdos,
todavía estás dentro y sin poderte echar.

Lo que tus labios calla... lo afirmaban tus ojos,
tú y yo lo sabemos que olvidarnos jamás...
Bajo tu faz tranquila esconde una pasión,
Y un fuego de imposibles que no puede apagar.

Sólo lo sabes tú... Pero yo, si lo intuyo,
lo leo en tu mirada que me envía al pasar,
solo tu y yo lo sabemos al cambiar un saludo,
de este amor imposible, que nos hizo llorar.

Ahora estamos lejos... ¡ Pero cuanto te quise ¡
los ojos se me nublan, tal vez al recordar,
llegando los recuerdos, igual que aquellos tiempos,
y siento grandes ansias de poderte abrazar.

Entonces siento triste pasar la primavera,
sin flores, sin amor, sin poderte olvidar...
Y siento un calor tibio de lágrimas que caen,¡

Y siento que aún te quiero y nunca lo sabrás ¡

" CISNE BLANCO "

Cisne blanco y erguido, firme, majestuoso,
que tranquilo paseas en cristalinas aguas,
tu presencia es real y tu porte orgulloso,
tu figura aguerrida, con tus plumas tan blancas.

Complacido te meces, entre flores de lotos,
en el lago dormido de las aguas de plata,
y las flores de almendros dibujaron contornos...
con sus ramas floridas de color sonrosadas.

Se escucharón murmullos de celestiales tonos,
canciones delicadas de gargantas de hadas,
chapoteos alados, sonidos rumorosos...
y la brisa me trajo, de las flores fragancias.

¡ Qué día tan hermoso ! silban hojas a coro,
¡ Qué día tan hermoso ! repite la albahaca...
y el cisne que arrogante se cree rey en trono,
su largo cuello curva y majestad proclama.

Un rayo de luz pone, con arrebol de oro,
la bendición del día en testa coronada...
y un iris de brillantes de tornasol acuoso,
que en su cabeza luce sobre plumas de nacar;

Y complacido pasa bajo el arco frondoso,
de aquel lago dormido de las aguas de plata.

" UNA DESCONOCIDA "

Yo seré para todos una desconocida,
hasta dirán que fuí, una ilusión, un rasgo,
que pasé por la vida, sin dejar una estela...
que nunca tuve un hijo, ni sembré nunca un árbol.

Pero tú sabes bien, cómo he sabido amarte,
si no encuentran dirán... busquemos en su vida,
dirán que nunca amé, que nunca tuve a nadie
y seguiré por siempre, siendo desconocida.

Dirán que era fingida mi pasión para amar,
que solo era ilusión del poeta y su arte;
porque cómo un tesoro que el arca se guarda,
supe guardar tu amor... cómo he sabido amarte.

Y hasta dirán que fuí una mujer ingenua,
que volaba sin alas por los azules cielos,
igual que la palmera... al agitar sus palmas,
que fingía mi amor al escribir mis versos.

Pero tú lo sabrás, porque estaré contigo,
cómo solo se aman, los que en verdad quisieron
yo estaré en tus brazos... tú, estarás en los míos
¡ Para toda la vida... siempre en el pensamiento !

" AÑORANZAS "

¡ No se, si fue la primavera clara

la que llenó mi noche de alegría,

la que trajo hasta mí la sombra blanca

de recuerdos profundos que dormían !

Recordando mi playa tan dorada

y el batir ondeante en lejanias,

sí... de Canela mi alma enamorada

con viento en caracolas me fundía.

¡ No pienses que olvidé mi isla amada !

con tu nombre mis versos escribía,

ni tu mar del color de la esmeralda

he podido olvidarlo todavía.

Sí... te he llevado muy dentro de mi alma,

con tu cielo, arenas y tu brisa,

ese río con aguas soleadas...

lo recuerdo en sueños con sonrisas.

Mi isla tan querida, en mis baladas

y al respirar tus aires de marismas,

siento fuerte de ancestros la llamada

¡ Mis raices que son ayamontinas !

Noches bellas por dónde el faro pasa,

esa estela brillante y encendida,

celestial sobre el mar iluminada...

hablando de mi tierra tan querida.

¡ No sé, si fue la primavera clara

la que llenó mi noche de alegría,

la que trajo hasta mí, la sombra blanca

de recuerdos profundos que dormían !

" BAJO TU CIELO "

Ayamonte, lugar bello, sagrado,

extasis de la luz y la armonía,

paraiso ideal del marinero,

surtidor tan azul... de blancas velas

que llenas con tu encanto,

ensueños musicales de las liras,

paletas de pintores...

y la voz del poema melodioso,

que nutre de amor y sentimientos,

de ausencias y fuertes coloridos.

Y tu vienes a mí, mi tierra hermosa,

como el fenix surgiendo de cenizas,

en la noche callada del insomnío,

hablándome muy quedo...

con palabras de dulce enamorado,

y te siento fluir...

en riadas de versos por mi sangre,

en mi pluma que tiembla con tu nombre,

¡ Duermevelas de encantos esparcidos...

que al alma se me abraza !

con cantos de la alondra entre los pinos,

en un aria gloriosa de mi tierra.

Sí... yo te escucho, sí,

en la brisa suave de tu mar

con tu voz de oleajes y de embrujos ...

que el tiempo lo retiene con su sombra;

si... yo te siento y te veo...

perdida en el ocaso de mi vida,

pero te llevo en mí...

enredada en el alma como hiedra.

¡ Mi tierra, sí, mi mar !

el consuelo que alegra el corazón,

¿ Por qué me das en sueños esa antorcha

de luz y de nostalgias ?

¡ Llévane a ti... con alas de los vientos !

¡ Bésame... con tu salada brisa, sí,

porque quiero morir... morir bajo tu cielo !

" TE QUISE "

Te quise... porque te quise,

cuando en las tardes los grillos,

tocaban guitarras roncas

y se mecen los olivos.

Cuando los niños reposan

y los amantes transidos...

se besan y se acarician

entre los lirios dormidos.

Te quise mañana y tarde,

por los siglos de los siglos,

pero este amor tan hermoso

no pudo ser bendecido.

¡ Hay locuras en tu mente,

hay batallas y hay heridos !

y en olvidarlo te empeñas...

sin encontrar el camino.

¡ Yo no puedo ya ayudarte...

me he tapado los oidos !

te subirás por paredes

renegando de ti mismo.

Y cuando se pase el tiempo

y halla madurado el trigo...

te mirarás las heridas

queriendo volver conmigo.

De noche estaré en tus sueños

y me llamarás a gritos,

Y yo, que tanto te quise...

por no escucharte llorar,

¡ Me taparé los oidos !

" DIANA DE GALES "

El piano lloró con suaves queja.
por su princesa amada,
lloraba acompasado, melodioso,
con cadencias muy dulces...
son tristes y angustiosos sus sonidos
por la rosa de Gales...
que su voz compasiva no se escucha,
que calló para siempre,
¡ Pequeña golondrina de las alas cortadas
cubierta de esplendor ¡
huérfana del amor que fue su senda,
su camino de espinas...
Sin miel fuiste dulzura,
Primavera sin flores,
Agua fuiste sin río,
Corazón sin amor.
El piano elevó sus quejas tristes,
al aire sus arpegios,
que en el frío luto de la tarde...
unas manos de seda
bajó su negra tapa...

y enmudeció el piano.