En iris de colores ya trenzabasentimientos que elevan sus anhelos,
suavidad musical que despertaba
llamaradas ardientes de los sexos.
Fue un velo que caía con la gracia
de la nube muy blanca de los cielos,
¿Que cadencias de danza deslizaba...
Su ritmo, desplegando siete velos?
El segundo cayó cómo cascada
del talle sinuoso por el suelo,
y era azul, el azul de tardes claras...
Su figura danzante descubriendo.
Cayendo fue el tercero en oleadas
de la gasa que vuela con el viento,
del color de las rosas muy tempranas...
del color de las rosas de sus senos.
El cuarto desprendido con desgana
para dar más calor a ese momento,
de Betania es el verde de su gama...
Que inmolaba la carne de su cuerpo.
El quinto se quitó mientras bailaba
y era rojo, tan rojo como el fuego,
que armonioso su danza lo quemaba...
Tu belleza mujer, tus ojos negros.
El sexto de los velos ya le daba
su amarillo dorado con reflejos,
y a los pies de Hérodes arrodillada...
lo miraba sus ojos seduciendo.
Del séptimo cayó su negra gasa
que dejaba su cuerpo al descubierto,
Salomé la cabeza reclamaba...
del Bautista, al cambio de sus besos.
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